Como cuando abrimos las páginas de un Cuento de Hadas, así se descubre las bellezas de este rincón de Kraljevac. Un lugar escondido entre bosques, colinas y viñedos, donde el silencio es sólo rozado por el rumor de la naturaleza. Por las mañanas amanecemos con el despertar del canto de los gallos y los pájaros silvestres.
Desde la primavera las múltiples flores de nuestros jardines son una fiesta de formas y colores. La belleza serena de los bosques que nos rodean permiten gratos paseos entre la diversidad de árboles tales como, acacias, abedules, robles, pinos, hayas, nogales y castaños.
Contemplar una puesta de sol desde nuestra plantación de lavanda es un momento mágico donde confluyen colores, olores, texturas, sensaciones y emociones.
Allí, en medio de este espacio de belleza natural, están nuestras casas con más de cien años de historia, patrimonio de una riqueza arquitectónica y cultural de esta zona de Croacia, con detalles estéticos en sus exteriores e interiores que hacen que el visitante note la diferencia.
Dolina Kraljevac no es sólo un bello lugar, es la posibilidad de vivenciar un estilo de vida campestre y rural donde se complementan la belleza natural, la paz, la herencia cultural y un servicio grato de acogida para todos nuestros huéspedes.